Me ha contado hace unos minutos mi querida María que se nos ha ido Lois. No por esperado, el golpe es menor.

Estuve conversando con el hace un par de meses, quedamos para comer un buen pescado y pasar un rato juntos. Lo fui a buscar a su pueblo y bajamos al Puerto Viejo debajo de su casa.

Sabía por él mismo hacía tiempo que estaba muy jodido y sin esperanza de solución. Simplemente tenía unos medicamentos o tratamientos, cuatro me contó, que iría empleando según dejasen de hacer efecto. Me lo contó porque yo le podía entender bien dado que había pasado por algo parecido, pero el no era de andar dando lástima ni tener que aguantar la pena de la gente. Me dijo que no lo andase contando y así lo hice en la red, sólo a dos buenos amigos les avisé, advirtiendo de que mantuviesen confidencialidad absoluta, María y Luis, con los que mantengo estrecho contacto.

Hace un par de semanas le traté de sacar de casa, pero no salía de ella me dijo, para ir a comer de nuevo, me tocaba a mi esta vez invitar pero sobre todo era para poder disfrutar de su compañía aunque fuese en tan duras circunstancias. Me comentó que no tenía ánimo y me puse en lo peor.

A Lois lo conocí hace ya muchos años cuando un grupo de internautas conocidos en la red y de ideas cercanas en la política quedamos en juntarnos para conocernos.

Fue sin duda quien más me impresionó de aquel grupo de personas excelente. El que más me gustó por su forma de discurrir, de razonar, de argumentar, sencillamente magistrales con su mente tan bien amueblada, un pozo muy hondo de conocimiento, cultura y saber. Ha sido un inmenso placer conocerte y disfrutar de tu talento y de tu bonhomía Lois.

Fui perdiendo con los años la pista a todos menos a él. Fui creo su primer y asiduo comentarista en su blog PlazaMoyúa cuando lo creó, referencia en España entre los blogs dedicados a la divulgación de la problemática desarrollada entorno al calentamiento global antropogénico CGA (o acojonante como el decía).

También se hablaba de política, no en vano Lois fue uno de los que estaban en el ajo de la creación de Unión Progreso y Democracia, un intento de superar por el centro y por la calidad de las ideas al PP, (eso era bien fácil y dada día más) el único partido hasta entonces en España que plantaba cara a los nacionalismos separatistas y a esa izquierda cainita, antes Psoe y ahora simplemente PS, partido sanchista, que ha acabado siendo una sucursal bolibariana de la Cuba de Fidel.

La política cada vez le daba mas repelús y estos últimos años la fue dejando, apoyó a Ciudadanos, el recambio de UPyD hasta que pinchó con Arrimadas definitivamente pero disfrutaba aún denunciando el discurso de la izquierda cada vez mas totalitario y excluyente. El la denominaba amablemente como mentalidad kindergarten, de jardín de infancia. Infantil, emocional, pero también profundamente autoritaria y plagada de contradicciones entre lo que presume y lo que hace en realidad.

Disfrutaba desmenuzando las contradicciones de ese discurso que algunos buenos polemistas como Marod en su blog defendían a capa y espada, imbuidos de ese orgulloso «yo soy de izquierda» que para ellos suele querer decir que son mas justos y amables, mas abiertos y tolerantes y mas respetuosos con los demás. Que son mejores personas, vaya, que esos «fachas de derecha», que son para ellos quienes no presumen de ser de izquierda.

Lois una y otra vez les mostraba lo equivocados que estaban con su complejo de superioridad y sobre todo, con sus ideas de como mejorar el mundo con esa ingeniería social que tanto les motiva. Como la cultura de la cancelación a la que he dedicado esta breve entrada anterior.

Por activa y por pasiva, por delante y por detrás, del derecho y del revés les mostraba con una infinita paciencia que a mí me abrumaba, por qué estaban equivocados. Con lo de la ideolgía de género por ejemplo, esa última modernez neomarxista que niega los sexos y la biología porque son «constructos sociales» , o con la discriminatoria ley de violencia de género, que se carga la presunción de inocencia, o con la tendencia de las universidades modernas de expulsar a quienes no comulguen con las ruedas de molino wokesistas (término que emplearé en lugar de «progresistas» por ser esta, la de la progresía, la mas reaccionaria de las ideologías hoy día) que nos arrinconan.

A mí me chirriaba que dedicase tanto esfuerzo para convencer a quienes jamás aceptan que están equivocados, me parecía malgastar esfuerzo y tiempo, pero es lo que a él le motivaba, «me ayuda a mejorar mis argumentos, a perfeccionarlos» venía a decir a menudo.

Yo le solía pedir consejo y opinión, la suya era para mí muy importante, la que más.

Su vida durante muchos años fue la mar y los barcos de vela, pasó décadas navegando por los mares y viviendo en sitios tan exóticos como las islas del Pacífico. Eso era una afición que compartíamos y le tenía envidia por haber llevado a cabo lo que para mí se quedaron en simples sueños. Recuerdo cuando estuve en un tris de comprar un pequeño velero que estaba en Fueterrabía hace tres años, le pedí que viniese conmigo a buscarlo y traerlo cerca de casa. Se apuntó sin dudarlo un segundo.

Y fue al volver a España tras esos años cuando se encontró con que su país había cambiado radicalmente y no precisamente a mejor, ya que el separatismo etnicista había conquistado el poder y la sociedad en su patria chica, sus queridas vascongadas. Él era una persona perfectamente internacional, pero el terruño siempre tira.

¿Veis?, tan solo llamarlas como se las ha nombrado durante muchos siglos, vascongadas, es hoy un acto de insoportable vileza, de fascismo recalcitrante. Hoy solo se le puede llamar al pais vasco como Euzkadi, el nombre inventado por Sabino Arana, el fundador del PNV, un racista misógino impenitente que también inventó la ikurriña, o como Euskalherria, la tierra de los euskaros, que son los que hablan vasco. Que solo lo hable una parte minoritaria de la sociedad no es cuestión, ni que el español sea la lengua dominante y mas hablada, con diferencia. La cosa es presumir de patria heptamilenaria aunque se haya inventado hace poco mas de cien años.

A Lois le asustó el cambio y, el que el tiro en la nuca y la bomba lapa fuese reivindicado como lucha democrática política y los asesinos gudaris, le produjo realmente espanto.

Ha peleado contra ello hasta el fin de sus días en esta fértil tierra en la que eso es cualquier cosa menos fácil o gratificante.

Te voy a echar muchísimo de menos, grandísimo pirata.

Un abrazo muy fuerte Lois, de tu amigo. Hasta siempre.